Hace 45 años, Miguel Robles abrió su pequeño local en el centro de Luján para emprender en la venta de bulones. Instalada originalmente en la calle San Martín, Bulonera Romar comenzaba su historia un 29 de noviembre de 1976.
Luego de haber trabajado varios años con sus tíos había descubierto el potencial que tenía la venta de bulones y decidió comenzar a trabajar por su cuenta.
Antes de instalar su primer negocio Miguel trabajaba solo. Él compraba y vendía su mercadería utilizando el transporte público. Comenzó adquiriendo los primeros bulones en fábricas que conocía y luego entregaba cada uno de sus pedidos mientras recorría en colectivo.
Con el tiempo, gracias al éxito de su emprendimiento y ante la necesidad de contar con un medio de transporte propio, se asoció con un familiar. Mariano, su nuevo socio, además de aportar al negocio prestándole el auto a Miguel para hacer las entregas, dio lugar al nombre del local como lo conocemos ahora. La fusión de Robles y Mariano, concluyó en la famosa Bulonera ROMAR.
Años después la sociedad se disolvió pero el negocio mantuvo su nombre inicial y fue ahí, en 1976, que Miguel abrió por primera vez las puertas de su bulonera.
Junto con la ayuda de su padre y uno de sus más grandes amigos, Oscar Frattón, atendían desde aquel entonces a todos los ciudadanos de Luján que necesitaban de sus productos.
Una gran anécdota que recuerda siempre Miguel es que en sus comienzos, cuando aún no contaban con un gran stock de productos, solían llenar las estanterías de cajas vacías para simular un negocio lleno. Un día de mucha tormenta y viento, volaron todas las cajas revelando el secreto de Miguel. Por suerte, con el tiempo esas estanterías fueron llenándose de mucha mercadería y gran stock para vender.
El negocio continuó creciendo, se agrandaba la cartera de clientes y más proveedores confiaban en Miguel. Así, en 1992, Bulonera Romar debe mudarse a un lugar donde pudiese continuar brindando su servicio con mayor comodidad. Y finalmente se instala en Mitre 211, donde se encuentra actualmente.
El cambio de ubicación también trajo consigo la incorporación de nuevos productos. Comenzaron a venderse máquinas, herramientas y algunos artefactos de ferretería.
Hoy, 45 años más tarde, Bulonera Romar continúa creciendo y superando sus objetivos. Con un nuevo staff de profesionales que se capacitan constantemente y un local renovado, Ana y Agustin están listos para seguir con el sueño de Miguel y brindar el mejor de los servicios.