Las brocas, más conocidas como “mechas”, son la pieza fundamental en el mundo de las herramientas. Lo más habitual es utilizarlas con un taladro, pero también es normal verlas trabajar en un torno o una fresadora.
Al igual que los tarugos, a simple vista es común confundirse y pensar que todas las brocas sirven para todos los trabajos. Sin embargo, existen varios modelos con distintas características.
Lo más importante que debemos tener en cuenta es el tipo de material que vamos a perforar y el diámetro del agujero que queremos realizar. Con estos datos vamos por buen camino para elegir la broca correcta. De lo contrario, si utilizamos una broca que no sea la indicada para el material a perforar, lo más probable es que no funcione y se rompa.
¿Cómo diferenciar los tipos de brocas?
Broca para madera: es la más fácil de diferenciar, porque en la cabeza tiene 3 puntas afiladas, mientras que la punta del medio es lo que la diferencia con la broca para hormigón. Esta punta central funciona como guía para perforar en madera y todos sus derivados.
Broca para hormigón: estas mechas se usan para perforar ladrillos, piedras y concreto. En la cabeza tienen un refuerzo que les da una forma de “pala”, ya que es reforzada con un material de gran dureza para aumentar la duración de la misma y garantizar su capacidad de perforación.
Broca para metal o broca de acero rápido: la broca de acero rápido permite perforar prácticamente en cualquier metal como el hierro, aluminio, latón e incluso en acero. Su punta, a diferencia de la broca para hormigón y la broca para madera, tiene un extremo cónico afilado y cuenta con dos canales helicoidales.
Si bien existen otros modelos y alternativas, estos son los más habituales al momento de realizar un pequeño arreglo en el hogar. ¡Te invitamos a leer la nota sobre los tipos y modelos de tarugos para realizar un trabajo a la perfección!